El Cañuelo y las albercas de la Dehesa Alta

 

Una escondida fuente suministra agua a una alberca que aún se mantiene intacta. Albercas como ésta, con manantial, fuente y alberca junto a su pequeño huerto (como soñara el poeta romano Horacio) antes eran abundantes. Con higueras y algunos álamos que daban sombra; con setos que dividían parcelas y servían de morada a las aves insectívoras que tan buen favor realizaban a los pequeños agricultores.

Situada en la zona conocida como Dehesa Alta, en estas laderas que dan al noroeste había una buena diversificación agrícola de subsistencia con huertas, cultivos de legumbres y cereal, viñedos, olivos, frutales…

La zona mantiene varias albercas en la actualidad, pero cada vez más en desuso. Cuando las albercas no contienen agua en periodos prolongados se suelen agrietar, y los nuevos propietarios no ven factible su mantenimiento, por lo que acaban siendo ruinas.

La zona fue hasta mediados de los años 90 uno de los mejores lugares de reproducción del escaso endemismo sapo partero bético, además de ser el último lugar de cría para el extinto localmente a principios del siglo XXI tritón pigmeo.

Una docena de albercas se han perdido a finales del siglo XX y comienzos del XXI en la zona, relegando igualmente a la extinción local a varias especies que han desaparecido de grandes zonas donde se mantenían gracias a las aguas superficiales de las albercas.

ALBERCAS